Para mí este
mosaico es muy querido, muy emotivo y muy de dentro. Esta obra, la entiendo como la vida misma. Para
realizarla me puse, o traté de ponerme, en la piel de dos tipos de
personas, uno que sería yo mismo y el otro esas personas que no
saben qué les gusta, y es más, esos que aún no saben cual es su
fin en esta vida.
Y con estas dos
pieles en mí, una entretejida con la otra surgió este mosaico, como
si fuera un proceso de nuestro propio camino. Me acordaba del
movimiento Puntillista de finales del siglo XIX, en el que la
observación de un lienzo, solo se puede hacer en la distancia, y que
es la unión de muchos puntos la que da la forma, pues algo así
sucede con nuestra propia vida. A pesar de conformar una persona con
las ideas y el corazón claro sobre nuestro camino, aún nos quedan
restos de esos puntos que nos sumergieron en el caos y que nos dieron
el pie para comenzar.
Este caos del que hablo se refleja en el contorno del mosaico, muchas frases sin separación entre ellas, sin saber donde acaban o empiezan. Después están, en el cordón, las tres frases “mágicas”: el hombre se convierte en aquello que piensa, ser y dar amor y escuchar al corazón.
.
Y en el centro de todo la emoción y el sentimiento de GRACIAS, que es mucho más que una palabra. Estoy y soy una persona archiagradecida por saber que es lo que me gusta y poder vivir de ello. Así que GRACIAS.
Este caos del que hablo se refleja en el contorno del mosaico, muchas frases sin separación entre ellas, sin saber donde acaban o empiezan. Después están, en el cordón, las tres frases “mágicas”: el hombre se convierte en aquello que piensa, ser y dar amor y escuchar al corazón.
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Y en el centro de todo la emoción y el sentimiento de GRACIAS, que es mucho más que una palabra. Estoy y soy una persona archiagradecida por saber que es lo que me gusta y poder vivir de ello. Así que GRACIAS.
Si quieren ver el proceso de elaboración de este mosaico: http://www.flickr.com/photos/103919029@N08/sets/72157636085751186/
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